El sábado 10 de Julio de 2010 murió el canillita Raúl Marcelo Pucheta después de ser chocado por el conductor de una camioneta que se dio a la fuga. El choque ocurrió en Mate de Luna y Alfredo Guzmán cuando Pucheta circulaba en su bicicleta repartiendo diarios.
Pucheta tenía 50 años y vivía en Yerba Buena. En esa oportunidad, pasaron tres semanas hasta que se consiguió encontrar el vehículo que lo mató.
Fue un correo electrónico el que dio aviso del lugar donde se escondía la camioneta. La Policía allanó una casa ubicada en avenida Aconquija al 1.200, en cuyo garaje estaba la Nissan Frontier de Gonzalo Callejas quien, el día del accidente cruzó un semáforo en rojo y atropelló a Pucheta. Callejas se entregó al día siguiente que la Policía encontró la camioneta y quedó detenido. Carlos Asar era el acompañante de Callejas y fue encontrado por la Policía dos días después quedando imputado por encubrimiento.
Este accidente sacudió a la sociedad tucumana y remarcó la irresponsabilidad de las personas detrás del volante. La familia Pucheta no se conformó con la idea de que nunca se identificaría al culpable de la muerte del canillita y durante las tres semanas que se buscó la camioneta salió a las calles para manifestar su enojo. Al cumplirse un año de la muerte del canillita sus familiares pintaron una estrella amarilla sobre el pavimento, en el lugar donde ocurrió el accidente.
Ese gesto publico conmemorativo que realizó la familia Pucheta sirvió para lanzar en Tucumán la Campaña Nacional de Concientización Vial "Estrellas Amarillas: Sí a la Vida", organizada por la Asociación Argentina Familiares y Amigos de Víctimas de Accidentes de Tránsito. Pucheta quedó grabado en la memoria de los canillitas quienes ahora repudian indignados la irresponsabilidad de la persona que atropelló a Pedro Dinolfo. Dos hechos similares que tuvieron el mismo fin: la muerte.